Río de Janeiro es la sede de la próxima Cumbre de Líderes del G20 -el principal foro intergubernamental de coordinación económica y financiera del mundo, integrado por 19 países y la Unión Europea- los días 18 y 19 de noviembre de 2024.
Pero la Cumbre de líderes del G20 en Rio de Janeiro ya comenzó: diversas actividades volcadas hacia la sociedad civil están en marcha desde este jueves (14) en la programación previa a la reunión de presidentes.
A continuación un recorrido a los lugares elegidos para el evento y las posibilidades de esparcimiento y disfrute que ofrece la icónica ciudad sudamericana, que por estos días se prepara para sus fiestas más célebres: el Reveillon (Nochevieja) y el Carnaval.
Complejo Mauá
Es un predio localizado no Porto Maravilha, una antigua región portuaria que fue revitalizada para el Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpiadas de 2026. La región tiene vistas a la Bahía de Guanabara y alberga al puerto de cruceros, almacenes reciclados (construidos en el siglo XIX) y un centro de convenciones de 8.500 metros. Al costado se ubica el Boulevard Olímpico, donde resaltan el espléndido Museo del Mañana -un edificio diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava que además alberga a uno de los mejores restaurantes de comida amazónica del país-, el Museo de Arte de Río (MAR) y el mural de 32.000 metros «Etnias», que tiene el récord Guinness como el mayor mural de grafitti del mundo.
En la región portuaria se llevarán a cabo los encuentros de la robusta agenda previa al G20, que incluye foros de discusión sobre desarrollo sostenible, hábitat urbano, sociedad civil y políticas sociales. Pero también se ofrecerá a los asistentes y público en general una serie de recitales de música brasileña en el marco del Festival Alianza Global, de acceso gratuito y donde se presentarán entre el jueves y el domingo unos 30 músicos con el objetivo de llamar la atención en el combate contra el hambre y la pobreza en el mundo. La principal impulsora del encuentro musical fue la primera dama de Brasil, Rosangela «Janja» Lula da Silva, quien invitó a sus pares de varios países participantes de la agenda social del G20.
Se espera que unas 50 mil personas asistan a la convocatoria musical en una zona que es muy accesible en transporte público, específicamente el Metro y el VLT (un tren de superficie) que funcionarán apenas con algunas restricciones puntuales.
La zona portuaria de Rio es un polo de bares y restaurantes que preparan atracciones en paralelo al evento: menúes especiales, tragos alegóricos -con la cachaça, la caña de azúcar y el coco para dar el color local- y platos típicos con el toque de fusión que caracteriza a la culinaria carioca, donde resaltan el pirão, la muqueca, el baião de dois, el pescado frito y la carne de sol.
El viernes 15 de noviembre es feriado en Brasil, y las autoridades de la ciudad lo extendieron hasta el miércoles 20 para facilitar la logística de una cumbre que convocará a centenas de delegaciones locales e internacionales. Además del festival musical en la Plaza Mauá, los bares de la cercana plaza Largo São Francisco da Prainha (o Largo da Prainha) ofrecerán sus tradicionales Rodas de Samba, la versión local de las jam sessions, abiertas al público que quiera escuchar, cantar y bailar al ritmo del tradicional ritmo carioca. La plaza está presidida por un monumento a Mercedes Baptista (1921-2014), la primera bailarina negra en formar parte del elenco del Teatro Municipal de Rio, e inventora del ballet afrobrasileño, inspirado en el candomblé.
Otras opciones culturales en la zona portuaria son el Museu da História e da Cultura Afro-Brasileira (Muhcab), y el Espaço Cultural da Marinha, na Avenida Alfred Agache, que tiene en cartel la muestra “Somos todos Amazônia — por un mundo justo y un planeta sustentable”, ambos de acceso gratuito. Otros polos turísticos de la zona, el AquaRio (el mayor acuario de Brasil) y la rueda gigante Yup Star, ofrecerán descuentos para los participantes del G20.
Museo de Arte Moderno
La Cúpula de mandatarios del G20 se llevará a cabo los días lunes y martes, 18 y 19, en el Museo de Arte Moderno (MAM), donde 55 delegaciones de 40 países y 15 organizaciones internacionales participarán de las deliberaciones. Situado en los márgenes de Bahía de Guanabara en un terreno de 40.000 metros cuadrados, el MAM es un referente de la arquitetura moderna de Brasil, diseñado en su estructura por el arquitecto Affonso Eduardo Reidy y el paisajista Roberto Burle Marx.
Playas
Las vías costeras al borde de las célebres playas de Leblón, Ipanema y Copacabana hasta Leme (que se extienden por unos siete kilómetros) estarán eventualmente cerradas al tránsito vehicular los días lunes 18 y martes 19, pero abiertas a peatones. Las playas cariocas son el rostro democrático y diverso de una ciudad plena de contrastes. Recorrerlas y entrar a sus aguas es una parte infaltable de cualquier visita a Rio de Janeiro, y puede hacerse en cualquier época del año. Deporte, gastronomía, masajes al aire libre y música son parte del menú de playas que son la vitrina más célebre de la ciudad. El Aterro de Flamengo, otra playa y parque públicos sobre la Bahía de Guanabara, también serán inaccesibles durante la cumbre de presidentes al tránsito automotor porque se encuentra en la ruta del MAM, sede de las deliberaciones. Para peatones el acceso estará liberado.
Cuatro curiosidades de Rio de Janeiro que pocos conocen
Un legado del Imperio/ Río fue la capital del Reino de Portugal entre 1808 y 1822, y la del Imperio de Brasil a partir de 1822. Uno de los legados más impresionantes de esta época es el Real Gabinete de Lectura Portugués, un edificio neomanuelino (una variación del barroco)que contiene la mayor colección de libros antiguos en portugués fuera de Portugal, y alberga más de 350.000 libros, incluida una primera edición de Las Lusíadas (1572), obra fundamental de la literatura portuguesa. Situado en el centro de la ciudad, la entrada al Real Gabinete Português de Lectura es fácilmente accesible desde las estaciones Candelaria y Tiradentes del VLT, el tren de superficie que recorre la zona céntrica de Rio.
Cataratas en el medio de la ciudad: La capital carioca es una metrópolis vibrante, fue capital de Brasil hasta 1960, y está rodeada por un bosque urbano de 40 kilómetros cuadrados. Allí, en medio del verde, cuenta con diversas cascadas y saltos de agua a los que se puede llegar en transporte público y una buena caminata. De la jungla urbana a la jungla vegetal, el visitante puede llegar fácilmente a las tres cascadas del circuito Cachoeiras do Horto. La Cascada Diamantina, otra de las más bonitas, está escondida en lo más profundo del bosque en medio de una pared de piedra que parece resguardar sus secretos.
Además del Cristo, el Dedo de Dios: La formación rocosa más famosa de Río es el Pan de Azúcar, pero no es la única, ni siquiera la más impresionante, tanto desde el punto de vista visual como geológico. La roca más espectacular de la zona es en realidad el Dedo de Dios, que literalmente tiene la forma de una mano divina, con un dedo índice apuntando hacia el cielo. Situada en Teresópolis, a unos sesenta kilómetros del centro de la ciudad, se trata de una masa de granito que se formó hace más de 600 millones de años. Su particular silueta atrae tanto a fotógrafos como a escaladores experimentados. El «índice» de la mano divina alcanza su punto máximo a 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Un hangar de Zeppelines: Ubicado en una base de la Fuerza Aérea, es una estructura histórica construida en la década de 1930 para albergar los dirigibles alemanes de la compañía Zeppelin, incluido el famoso Graf Zeppelin y más tarde el Hindenburg. Está ubicado en una base aérea en el distrito de Santa Cruz, a unos 65 kilómetros den centro de la ciudad.Este hangar fue una de las pocas escalas de la compañía en América del Sur, para sus vuelos transatlánticos entre Europa y el Nuevo Mundo. Construido en 1936, se trata de una imponente estructura metálica de 60 metros de alto y más de 270 metros de largo, diseñada para albergar estas enormes máquinas voladoras y garantizar el transporte de pasajeros y mercancías. La tragedia de Hindenburg en 1937, que marcó el fin de la era de los dirigibles, y los avances de la aviación comercial, provocaron la suspensión de estos vuelos. Hoy el hangar es un edificio histórico y una curiosidad arquitectónica. Es el único hangar de este tipo en América Latina y uno de los pocos que quedan en el mundo.